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Hércule Poirot

· Grandes detectives

En la literatura y el cine policial, Hercule Poirot es uno de los detectives más conocidos. Interpretado en la pantalla por Tony Randall, Albert Finney, Peter Ustinov, y David Suchet, hizo su aparición pública en la primera novela deAgatha Christie, El misterioso caso de Styles, de 1920

En su autobiografía, así se refiere la autora a la génesis de este personaje:

“…Por supuesto, tenía que haber un detective. Por aquellas fechas estaba muy influenciada por Sherlock Holmes. Así que me puse a estudiar tipos de detectives. No al estilo de Sherlock Holmes, por supuesto, inventaría uno de mi propia cosecha, que tendría también un amigo en calidad de ayudante o lugarteniente: no era demasiado difícil …..¿Quién sería el detective? Repasé todos los que había conocido y admirado en los libros. Estaba Sherlock Holmes, el primero y el único: nunca sería capaz de emular sus aventuras. Arsenio Lupín, ¿qué era, un criminal o un detective? De todas formas no era mi tipo. Estaba también aquel joven periodista Rouletabille de El misterio del cuarto amarillo: ése era el tipo de persona que me hubiera gustado inventar, alguien poco habitual. ¿A quién podía utilizar? ¿Un estudiante? Bastante difícil. ¿Un científico? ¿Y qué sabía yo de científicos? Entonces me acordé de nuestros refugiados belgas…..¿por qué no hacer que mi detective fuera belga? Pensé. Había toda clase de refugiados. ¡Qué tal un oficial de policía refugiado? Pero un oficial jubilado, no uno demasiado joven….

Así que me decidí por un detective belga. Poco a poco fui moldeando su personalidad. Sería un inspector, para que tuviera ciertos conocimientos sobre el crimen. Debía ser meticuloso, muy ordenado, me dije a mi misma, mientras amontonaba las cosas más insospechadas en mi dormitorio. Un hombrecito ordenado, clasificando siempre sus cosas, emparejándolas, gustándole más los objetos cuadrados que redondos. Además, sería muy cerebral, con la cabeza llena de pequeñas células grises. Ésa era una buena frase: debía recordarla. Sí, tendría muchas pequeñas células grises. Necesitaba un nombre ampuloso, uno de esos nombres que Sherlock Holmes y su familia tenían…. ¿Qué tal si llamaba a mi hombrecito Hércules? Sería un hombre pequeño con un gran nombre: Hércules. Su apellido ya resultaba más difícil. No recuerdo como obtuve el de Poirot,….. de todas formas el apellido surgió. Pegaba bien con Hércules: Hércules Poirot. Estupendo”

Y así lo describe su amigo y partenaire de sus primeras investigaciones, Arthur Hastings,

“Poirot era un hombre menudo con un aspecto extraordinariamente llamativo. Mediría poco más de un metro sesenta, pero su figura poseía una gran dignidad. Su cabeza tenía exactamente la forma de un huevo y siempre la llevaba algo inclinada hacia un lado; su bigote era espeso y militar. La pulcritud de su indumentaria era casi increíble. Creo que una mota de polvo le habría causado mayor dolor que una herida de bala. Sin embargo, este hombre pequeño con aires de dandy que ahora cojeaba visiblemente, como tuve ocasión de comprobar con pena, había sido en otro tiempo uno de los miembros más famosos de la policía belga. Como detective su olfato había sido extraordinario, y le había permitido obtener grandes éxitos desenmarañando algunos de los casos más difíciles de su época.”